Campaña y redes sociales

Muchos de nosotros estamos permanentemente conectados con el mundo mediante un smartphone, por lo que no perdemos de vista redes sociales y medios de comunicación mientras vamos en metro, autobús o caminando, puesto que un fenómeno que merecería entrada aparte es que tal vez a muchos de nosotros (entre quienes me incluyo) se nos ha «olvidado» estar solos. Sin embargo, tomar como palabra de Ley las tendencias de Twitter o los hastags para hacer de ahí una tendencia de la opinión general de la ciudadanía es, a mi juicio, exagerado. 

Y es que las empresas y, por extensión, las instituciones utilizan trucos y técnicas para «cocinar» un trending topic, por lo que siempre cabe preguntarse si esa palabra o esa frase más pronunciada en la red no será fruto de la perversa mente de un publicista o un community manager. 

Además, las estadísticas de acceso a redes sociales como Tuenti, Twitter o Facebook, a pesar de ser las más utilizadas, responden a un perfil de usuario concreto cada una de ellas y no tienen tantos usuarios como pudiera pensarse y es conveniente tener presente quiénes están y dónde (a modo de ejemplo, más del 70% de tuiteros está en Madrid y Barcelona).

Por ello, una campaña electoral en redes sociales ha de ser el complemento a una campaña en redes «tradicionales». Soy consciente de que las redes sociales están de moda y seguramente su crecimiento e influencia va in crescendo puesto que incluso la televisión ha empezado a ocupar sus contenidos basándose en lo sucedido en ellas, pero esta importancia es necesario relativizarla y hacer un estudio más profundo de la realidad de cada territorio antes de hacer un desembarco en ellas con la intención de ganar unas elecciones. 

Lo que hemos de hacer antes de empezar sería analizar el perfil de los votantes a los que hemos de llegar, estudiar sus características objetivas (edad, sexo o nivel de formación) para determinar en qué redes sociales pueden encontrarse activos o si, por el contrario, no nos merece la pena hacer una fuerte inversión en la red puesto que nuestro target no está en esos medios. 

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Y es que investigar en política lo es casi todo. Investigar dónde están, quiénes están, cómo están nuestros votantes es una labor imprescindible e irrenunciable que hemos de realizar si queremos ser efectivos y dar pocos golpes en el clavo adecuado para hacer llegar nuestros mensajes de la forma más precisa posible.